Wikipedia ya dio el primer aviso en su momento cerrando su página en julio de este año. La nueva normativa sobre derechos de autor de Europa ha llegado, aunque con matices de lo que se preveía.
El Parlamento Europeo ha aprobado la nueva Directiva sobre derechos de autor con 438 votos a favor y 226 en contra. Sin embargo, esto supone que la decisión tomada estará sujeta a más negociaciones entre políticos y los estados miembros, con una votación final que se hará en el mismo parlamento en enero de 2019, donde se aplicaría finalmente.
Al tratarse de una Directiva, los países miembros de la Unión Europea pueden interpretar la Directiva como crean conveniente. Se diferencia de los Reglamentos, como el último GDPR, en donde no hay cabida a la interpretación y se debe aplicar tal cual se explique.
La Comisión Europea planteó esta normativa debido al cambio en la forma de crear debido a la evolución tecnológica, lo que ha afectado directamente a los derechos de autor. La Comisión Europea impone obligaciones a las grandes plataformas de Internet: Facebook y Google, debido a “la naturaleza de los servicios a los que se aplican, del gran impacto que tienen esos servicios en el mercado de los contenidos en línea y de la gran cantidad de contenidos protegidos por derechos de autor que esos servicios almacenan.” Explican desde la Comisión Europea.
Con esta afirmación buscan proteger los derechos de cualquier creador europeo y para ello estas empresas deberán controlar cualquier contenido que se suba a la red y poder identificar si posee o no derechos de autor.
Los artículos que más han levantado controversia han sido el artículo 11 y el artículo 13. El primero propone que se remunere a los editores de contenidos publicados en las redes con el reconocimiento específico de un “derecho de autor de uso en línea”, en plataformas como Facebook o Twitter.
El segundo plantea la creación de un filtro automático para poder bloquear el contenido que vulnere la protección del ‘copyright’. Esto refuerza la posición de creadores, artistas, músicos y autores al darles más garantías en cuanto a la remuneración cuando sus contenidos o fragmentos de obras se comparten en plataformas como YouTube, Facebook o bien en agregadores de noticias como Google.
Con esto se avanza un paso más en los derechos de autor y estamos cada vez más cerca de ver cómo cambia toda la red, según la conocemos actualmente.