En contra de la creencia de que no existen virus para smartphones, según KasperskyLab, desde el primer trimestre de 2012, la cantidad de programas maliciosos para el móvil se ha multiplicado por diez y en el tercer trimestre de 2014 ha superado los 12 millones.
A día de hoy, el smartphone se ha convertido en una herramienta de trabajo, de ocio y de gestión de las finanzas personales y este tipo de software puede poner en peligro toda actividad que se realice con el smartphone. En este sentido, la propagación de programas maliciosos también ha cambiado de forma significativa, ya que los típicos virus por SMS han dejado paso a los programas publicitarios maliciosos y a los troyanos bancarios.
Sin embargo, son los propios usuarios los que infectan sus dispositivos móviles, ya que casi ninguno de estos virus puede ayudar a los hackers a penetrar en el dispositivo sin el consentimiento del usuario. Por lo tanto, el reto de los ciberdelincuentes está en conseguir que el usuario instale un programa malicioso en su smartphone.
Para que el usuario consiga llegar al sitio web del malware se utiliza Black SEO, es decir, métodos de optimización en buscadores que obligan al motor de búsqueda a mostrar el sitio malicioso en los primeros puestos de los resultados utilizando, principalmente, bots que envían a Google solicitudes de búsqueda y entran al sitio malicioso, haciendo que suba su puntuación. Además, los hackers publican enlaces de sus sitios en todo tipo de foros y en comentarios de sitios de noticias.
Por lo general, estos programas se descargan en tiendas no oficiales de aplicaciones, que no usan ningún tipo de protección o verificación, pero ya han aparecido algunos casos de malwares que han llegado a aparecer en las tiendas oficiales de Google y Apple.
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