¿Quién en alguna ocasión no ha buscado una dirección en Google Maps, y al visualizarlo con Street View se ha llevado alguna que otra sorpresa (y no siempre agradable)?
El servicio Street View, lanzado en 2007, suministra imágenes panorámicas en tres dimensiones de calles y localizaciones, lo que permite a los usuarios de Google Maps desplazarse en ellas virtualmente. Sin embargo, este servicio desencadenó en 2009 y 2010 una serie de polémicas en varios países.
El dilema fue que Google había capturado fotos de vehículos donde se mostraban las matrículas, además haber recopilado sin la autorización de los usuarios datos personales transmitidos por Wi-Fi, como códigos y mensajes electrónicos. En su momento se iniciaron procedimientos en varios países para que la compañía destruyera esos datos. Pero en el 2012, Google indicó que había descubierto la existencia de información que no había sido destruida.
Por ello, la Oficina del Comisionado de Información del Reino Unido (ICO, en sus siglas en inglés) ha ordenado a Google borrar los datos de usuario recogidos a través de las señales WiFi mediante los coches de Street View. Ahora Google tiene 35 días para eliminar los datos o de lo contrario será acusada de desacato al tribunal, lo que es considerado delito.
De momento, esta medida solo será aplicada para los datos recogidos en el Reino Unido, quedando en el aire si se aplicará al resto de países que han presentado también quejas al gigante estadounidense sobre la visualización de imágenes personales y comprometidas que pueden atentar contra la privacidad de las personas, y que no pasan desapercibidas para el ojo de Google Maps.
Lorena Falero Google+
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