barreras-mentales

Los seres humanos tenemos patrones bastante claros para analizar cualquier cosa, y los mismos no tienen por qué ser racionales. En el post de hoy os voy a hablar de aquellos relacionados con el precio de productos o servicios.

Los consumidores tendemos a agrupar los precios de acuerdo con el número de dígitos que se encuentran a la izquierda de la coma. Por ejemplo, 7,50€ y 9,50€ tienen un dígito a la izquierda del punto, mientras que 23,50€ tiene dos. Lo que suele hacer nuestro cerebro es agrupar los dos primeros precios en el mismo rango, mientras que el tercero estaría en otro.

Esto significa que un cliente potencial presenta la misma reacción instintiva tanto si tu producto cuesta 7,50€ o 9,50€. En otras palabras, tendrá el mismo impulso de compra en los dos casos. Lo inteligente en este caso sería fijar el precio en 9,90€ para maximizar tus ganancias.

Obviamente esta norma no se aplicaría si los precios son 19,50€ y 90,50€, aunque tengan el mismo número de dígitos a la izquierda de la coma, ya que no ponemos estos precios en el mismo rango. Los rangos para las ventas en internet serían algo de este estilo: 0-10, 10-20, 20-50 y 50-100.

Supongamos que estas vendiendo una tarjeta de memoria en internet por 16,90€, y tu tasa de conversión (compras por cada 100 visitantes) es de 1,2. Supongamos que tu producto tiene 10000 visitas mensuales, por lo que venderías unas 120 memorias al mes ingresando 2020€.

Como he mencionado anteriormente, reaccionaríamos igual si el precio en vez de ser 16,90€ fuese 19,90€, por lo tanto si lo incrementamos hasta esa cifra la conversión no debería disminuir demasiado, supongamos que lo hace hasta el 1,1.

Con un 1,1 de tasa de conversión conseguiríamos 110 ventas mensuales por valor de 19,90€ cada una, siendo el total 2189€ y por lo tanto aumentando nuestro beneficio.

En resumen, fija el precio de tus productos siempre justo por debajo de nuestras barreras mentales de precios.