“Los usuarios de Internet no tienen conciencia del riesgo con el que convive a diario”

Lo repetimos hasta la saciedad. En Internet, nuestra huella digital es imborrable; una característica “maravillosa” que da lugar a situaciones paradójicas.

Ejemplo 1: Subimos una foto a Facebook y luego, arrepentidos, la quitamos creyendo que así ha desaparecido. ¡Error! Recuerde que los buscadores se dedican a registrar todo lo que aparece en Internet pudiendo hacerlo recuperables.

Ejemplo 2: Borramos mensajes de nuestra cuenta de correo electrónico pensando que así desaparece. ¡Craso Error! Recuerde que  su contenido se conserva en su ordenador y en la empresa que ofrece el servicio del correo, como comprobaron los protagonistas del Caso Noos al ver publicados en la prensa los e-mails que ellos creían eliminados. Los servidores de Yahoo y Gmail, por ejemplo, guardan durante 18 meses los e-mails que borramos de las cuentas personales. De hecho, los robots de Google, por ejemplo, leen y escanean los mensajes que enviamos por Gmail para ofrecernos publicidad relacionada con los temas que tratamos en nuestros correos.

Ejemplo 3: Sorprendente caso el de Sergi Guardiola, el joven al que el FC Barcelona rescindió el contrato ocho horas después de haberlo firmado por culpa de unos tweets, en los que insultaba al club blaugrana y a Cataluña.

Twitter Sergi Guardiola

Si el ‘fugaz’ jugador del Barcelona pensaba, como tantos otros personajes públicos, (véase políticos, modelos, más políticos…) que han pasado últimamente por situaciones similares -que por haber borrado aquellos desafortunados mensajes de su timeline quedaba libre de pecado-, se equivocaba. Y es que, actualmente existen tantas herramientas para eliminar tweets arrepentidos como aplicaciones para recuperarlos.

La forma más básica de revisar nuestro timeline, en  busca del tweet conflictivo, es acceder a través de Twitter Archive a nuestro archivo completo de comunicaciones almacenadas por la propia red social. Para poder pedir nuestro archivo, tenemos que ir a la Configuración de nuestra cuenta y luego hacer clic en ‘Pedir Archivo’. Éste será procesado por Twitter y se nos enviará un correo electrónico cuando esté listo para su descarga.

Otra opción, más rápida, es hacerlo con TwimeMachine, una de las aplicaciones web preferidas por los usuarios. Simplemente, tenemos que registrarnos con nuestra cuenta de Twitter y obtendremos todos nuestros viejos tweets en una página web. Sin embargo, tiene algunas limitaciones: podemos leer solamente 3200 dado que Twitter tiene una restricción de API que no permite obtener más de eso en un único lugar.

También está a nuestra disposición Snap Bird, que permite resucitar tweets del pasado de otros usuarios, permitiendo buscar tanto publicaciones como favoritos y menciones. Es un poco más ambiciosa que la funcionalidad de búsqueda de Twitter, dado que se extiende un poco más en el tiempo.

Con estas herramientas podemos «prevenir», pero recuerde que en Internet nada puedes hacer para combatir contra los temibles pantallazos. Por eso, si queremos proteger mejor nuestra privacidad en Twitter, siempre podemos optar por un perfil protegido (o proteger tus tuits) y pensar dos veces antes de publicar.

Si desea mejorar su presencia en redes sociales o tiene cualquier duda sobre Twitter, Facebook o Instagram, no dude en ponerse en contacto con nosotros. Por ejemplo, contamos con Socialbakers, una gran herramienta digital que le permite gestionar fácilmente todos los perfiles que tenga en redes sociales de forma clara y sencilla.

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