Breve historia de Google
Google fue en sus inicios un proyecto de investigación de Larry Page y Sergio Brin, dos doctorandos de la Universidad de Stanford (EEUU). A Page se le ocurrió investigar las características matemáticas de la red mundial –www o world-wide web. Para ello, quería analizar y comprender la estructura de los enlaces entre las distintas páginas web.
Su tutor, Ferry Winograd le había animado a escoger ese tema. Page se lanzó a investigar qué páginas web enlazan a otra página, pensando que el número y la naturaleza de esos enlaces eran una información muy valiosa –respecto a la página enlazada. Estaba pensando en el papel de las citas académicas, de gran importancia en el mundo universitario y muy particularmente en Estados Unidos. Page llamó a ese proyecto inicial “BackRub”. Su amigo Sergei Brin, un doctorando judío secular –como Page– de origen ruso, se unió enseguida al proyecto. El rastreador de Page comenzó a recorrer Internet en marzo de 1996. Tenía como base la página de la universidad de Stanford del propio Page. Para cristalizar los datos que recogía el rastreador, acerca de los enlaces dirigidos a cada página, ambos desarrollaron el algoritmo de PageRank.
Al analizar los resultados de BackRub –que consistían en una lista de enlaces hacia una página concreta, clasificados por importancia– pensaron que un buscador que tuviera en cuenta estos criterios produciría mejores resultados de búsqueda que los buscadores existentes en ese momento –que sólo analizaban factores internos de una página web, como por ejemplo el número de veces que una palabra clave se repetía. Así nació el primer embrión del nuevo buscador, llamado Rankdex. El buscador inicial usaba el sitio web de Stanford, con el dominio google.stanford.edu.
Registraron el dominio Google el 15 de septiembre de 1997.La firma Google, Inc. nació el 4 de septiembre de 1998 en el garaje de un amigo en Menlo Park, California.
Andy Bechtolsheim –Andreas von Bechtolsheim–, emprendedor germano-estadounidense que había co-fundado la empresa Sun Microsystems unos años atrás, en 1982, aportó la “semilla” inicial de capital de Google. Su cheque de 100.000 dólares, entregado en agosto de 1998, sería la mejor inversión de su vida.
Posteriormente, en junio de 1999 invirtieron en la compañía dos firmas de capital-riesgo: Sequioa Capital y Kleiner Perkins Caufield & Byers, quienes hicieron una aportación de capital de 25 millones de dólares.
En un primer momento, los dos fundadores Brin y Page se oponían a colocar publicidad en su buscador. Pronto cambiarían radicalmente de parecer. Años después, ante la presión de los inversores por obtener beneficios, Google copió el sistema inventado por Overture –firma posteriormente comprada por Yahoo– de publicidad contextual, basada en las palabras clave buscadas, vigente en la actualidad con el nombre de Adwords. Yahoo les demandó por ello y Google tuvo que desembolsar una cantidad considerable –aunque no revelada– de dinero para que Yahoo abandonara el procedimiento judicial.
Así era la página principal de Google en septiembre de 1998
El nombre de “Google” es una alteración de la palabra “googol”, que en inglés significa el número representado por 1 elevado a 100. Enid Blyton ya había usado la palabra décadas atrás, en el capítulo noveno de su obra The Magic Faraway Tree, titulado Google Bun.
A finales de 1998, Google ya había indexado 60 millones de páginas. La compañía se estableció en marzo de 1999 en Palo Alto, en el Valle del Silicio –Silicon Valley. Después de mudarse dos veces más por su rápido crecimiento, Google alquiló unas oficinas en su actual sede de Mountain View –1600 Amphitheatre Parkway. Allí siguen –compraron el edificio a sus arrendadores en 2006 por 319 millones de dólares. Sus oficinas reciben el nombre de Googleplex –de Google Complex.
El lema de Google ha sido desde sus comienzos “do not be evil” que significa “no seas malo”, como contraposición a Microsoft, gigante que tenía reputación de carecer de escrúpulos. Sin embargo, ya hemos visto que también desde sus comienzos la firma empezó a desviarse de una conducta intachable en algunos asuntos que afectaban su rentabilidad.
Google salió por primera vez a bolsa el 19 de agosto de 2004. La operación fue un gran éxito y los casi veinte millones de acciones subieron un veinte porcierto el mismo día. El precio de salida fue de 85 dólares por acción. A las pocas horas valían más de cien dólares. Hoy valen seis veces más. La firma forma parte del índice NASDAQ de valores tecnológicos, y del índice S&P, con el símbolo de GOOG.
El éxito de Google en el mercado de los buscadores, como ya hemos indicado, ha sido espectacular. Su sencilla interfaz (que se parece a la de Altavista en su inicio), junto a la calidad de sus resultados de búsqueda explican tasas de mercado de entre un 66% a un 95% en todos los países de cultura occidental. Esa calidad se basa en su refinado algoritmo, que supera a todos los demás hasta la fecha. Podemos hablar de que Google lanzó en su momento la segunda versión de los buscadores, como dice el experto Javier Casares en su guía SEO. Esta segunda versión, ahora imitada por los principales competidores de Google, consiste en tener en cuenta los factores externos, el entorno de una página web –especialmente el número y calidad de los enlaces hacia ella– y no sólo los factores internos como hacían otros hasta ese momento.
Una vez dominado el sector de las búsquedas, la exitosa compañía se ha expandido a una gran cantidad de sectores ecónomicos que van más allá del negocio inicial. Ha lanzado su propio servicio de correo electrónico –Gmail– teléfonos móviles, su propio navegador para competir con Window –Chrome– y ha adquirido importantes compañías como YouTube, comprada por 1.650 millones de dólares el 9 de octubre de 2006 o DoubleClick, empresa de publicidad en Internet adquirida en abril de 2007 por 3.100 millones de dólares.
Hoy en día el verbo Google está incorporado al inglés. Desde 2006 está incluido en el Diccionario de Inglés de Oxford, el equivalente del diccionario de la Real Academia Española de la Lengua.
Google ya es la marca más valiosa del mundo, según la consultora Millward Brown, con un valor estimado en 114.000 millones de dólares.
La compañía facturó 37.900 millones de dólares en 2010, con un beneficio neto de 9.737 millones. Estas cifras son de por sí impresionantes. Pero lo son mucho más si se analiza que la empresa tenía ese año 32.367 empleados.
Si calculamos la facturación por empleado, llegamos a la asombrosa cifra de 1.170.945 dólares por empleado (=37.900 millones de dólares/32.367 empleados). Esto coloca a Google en la segunda posición de la clasificación mundial de ingreso por empleado para las grandes empresas tecnológicas, como puede verse en la tabla.
Sólo la supera la empresa estadounidense Craiglist, que es el equivalente moderno e interactivo de las páginas amarillas.
Si analizamos el beneficio neto por empleado de Google, nos daría en 2011 la cifra de 300.831 dólares (9.737 millones/32.367 empleados). Esto es todavía más impresionante. La coloca en la primera posición entre las primeras compañías del mundo. Según la prestigiosa empresa consultora. No obstante, en 2012 la cifra fue de 189.967 dólares (10.737 millones/54.604 empleados).
McKinsey, la media de beneficio neto por empleado en las grandes empresas era en 2005 de tan sólo 83.000 dólares.
Estas increíbles cifras sólo pueden entenderse si analizamos otro dato fundamental que no ha recibido suficiente interés por parte de los medios de comunicación, y que explica cómo puede Google facturar más de un millón de dólares por empleado y ganar con cada uno de ellos más de cuatro veces la media de las grandes empresas: Google tiene muchísimos más ordenadores que empleados. En otras palabras, es una empresa de procesos automáticos fundamentalmente gestionada por robots –ordenadores debidamente mejorados por los ingenieros de la empresa. Es curioso constatar además que Google no publica con claridad el número de ordenadores que posee, pero las estimaciones para 2012 oscilan entre un mínimo de 160.000 y un máximo de tres millones. En cualquier caso, estamos hablando de una cantidad enorme de ordenadores –robots. Ellos son, en buena medida la fuerza de Google, y explican su éxito.
En paralelo a su impresionante ascenso durante los últimos años, Google ha realizado una serie de actividades cuestionables, o de dudosa moralidad, que le han valido una serie de críticas muy diferentes y variadas –desde críticas a la escasa privacidad de algunos de sus productos, a reproches acerca de su complicidad con el gobierno chino. Las más recientes de estas críticas en español están recogidas en un interesante libro –desnudando a Google. Su autor, Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña, además de recopilar y explicar críticas anteriores, añade el hecho de que Google paga muy pocos impuestos en España, a pesar de facturar cifras muy considerables.
Ahora que Google está, tras el libro mencionado, desnudo, nuestra intención con éste no es despellejarlo, sino, como su título indica, enseñar cómo torearlo.
Sin embargo, como veremos al final del libro, el funcionamiento de Google –cómo clasifica las páginas web– es también, sin duda, objeto legítimo de críticas y se presta a la controversia.