SEO -por sus siglas en inglés Search Engine Optimization– es conocido en español como Optimización en Buscadores, Posicionamiento en Buscadores o Posicionamiento Web. Se usó por primera vez en 1997. Consiste en concebir y llevar a cabo una estrategia para lograr las primeras posiciones en las páginas de resultados de buscadores o motores de búsqueda, como por ejemplo Google, Yahoo o Bing, entre otros.
Para ello, el SEO aplica diversas técnicas, que abarcan aspectos internos como contenido, diseño y programación o externos como desarrollo o construcción de enlaces –linkbuilding.
De esta manera se consigue tanto que las arañas-crawlers (enlace diccionario) de los buscadores rastreen e indexen adecuadamente un máximo de páginas de nuestro sitio web como que nuestro sitio web aparezca en una posición elevada en los resultados de búsqueda.
Los buscadores generan estas páginas de resultados SERP, search engine result pages– a través de complejos algoritmos matemáticos que consideran una gran cantidad de factores. El más famoso, el algoritmo de google, tiene en cuenta más de 200 factores a la hora de calcular los resultados de una búsqueda.
Las prácticas SEO se clasifican en dos. Las prácticas «blancas» White Hat SEO, o las prácticas «negras», Black Hat SEO. Las primeras son las permitidas, mientras que las prácticas de Black Hat SEO son las prohibidas. Entre unas y otras quedan algunas prácticas que pueden ser consideradas grises o dudosas, como por ejemplo la compra de enlaces.
Algunas de las prácticas que se utilizan en White Hat SEO o posicionamiento web en buscadores son: conseguir enlaces desde otros portales; optimizar las meta etiquetas (metatag) de las páginas del propio sitio web (etiqueta de título, etiqueta de descripción, etiqueta de palabras clave, etiquetas alt); asegurarse que el código de la programación informática sea limpio y bien escrito – y evite en lo posible lenguajes como JavaScript y ActionScript (flash). En definitiva, el portal y su programación deben satisfacer en cada una de sus páginas todos los criterios que tiene en cuenta un buscador a la hora de posicionar esa página en un conjunto de resultados.
Entre las prácticas prohibidas están el cloaking, el linkspamming, los enlaces invisibles al ojo humano pero sí perceptibles por el buscador, o el relleno de palabras clave –keyword stuffing consistente en repetir multitud de veces una o varias palabras clave. Los motores de búsqueda prohíben estas tácticas y penalizan a los sitios web que las usan, llegando incluso a sacarlo de su índice. No son, por tanto, recomendables.
Algo importante en el SEO es el usuario. Los contenidos siempre deben estar orientados a que el internauta consiga lo que busca y que los contenidos que encuentre sean de calidad y relevantes.
Las empresas de buscadores, con el líder del mercado Google a la cabeza, recibieron en un principio con escepticismo el SEO, aunque ya lo han aceptado plenamente e incluso publican directrices de cómo debe llevarse a cabo correctamente – Google SEO Guidelines.
Por otra parte, la palabra SEO, se usa también para denominar a la profesión de los expertos que se dedican a la optimización, ya que las siglas en inglés pueden leerse también como Search Engine Optimizer, o sea optimizador de buscadores en español.